Tuesday, January 29, 2008

Reflexiones espontáneas acerca del día a día


Duermo en exceso. Quisiera que la vida constara de determinadas actividades concretas, calculadas y tasadas exhaustivamente, mientras el resto de la humanidad continúa con su vida corriente. No puedo ser egoísta. No quiero limitar al resto de la sociedad a una rutina agnóstica y puramente terrenal que para muchos acabara en el destino final humano. El individualismo antiliberal llega a su esencia última en el momento que discriminas aquellas cosas que piensas que te hacen feliz y detestas el resto.
Existen numerosas actividades que en una sociedad moral occidental se consideran de provecho. No voy a entrar en consideraciones morales, ya que conozco la eminencia de la moral actual y la detesto en la mayoría de ocasiones sin querer pensarlo demasiado. No conozco la moral plena y dudo que nadie la conozca, de nuevo evito pensarlo, caería en una red de relativismo puro en la que no quiero entrar por fidelidad a mis principios y por mi personalidad adictiva al pensamiento, que me imposibilitaría salir de ella en una actitud más desconcertante que la primera.
Dudo mucho que aquello que afirma la mayoría como bueno lo sea. Y en tanto, no cabe malgastar una vida llevando a cabo aquello que los demás piensan como innegablemente positivo y cuya duda te corroe por dentro, mientras la infelicidad en la práctica actúa superficialmente en una situación nauseabunda que termina por hacerte caer observando el precipicio.

Es magnífico cuando te tumbas al sol y parece que eres el único habitante del planeta y piensas, en ese preciso -y precioso- instante, que tan sólo necesitas y puedes hacer esas cuatro ó cinco cosas que te hacen feliz. Estoy plenamente seguro de que la ignorancia aporta una felicidad implacable. Creo que continuaré durmiendo en exceso.

5 comments:

carola said...

1. Analizar la estructura argumentativa del texto propuesto y relacionarlo con el pensamiento de su autor. (1.25 p)

Deduzco tras el culto lenguaje del filósofo contemporáneo, Carl Barat, que al escribir este texto vio se fuertemente inspirado por una modernizada corriente existencialista creada por él mismo.

Explica que él preferiría moverse por diligencias beneficiosas para su propio yo, pero que algo le retiene a llevar esto a cabo.

Trata, como fin, de encontrar una respuesta al dilema moral acerca del individualismo y el egoísmo que ello conlleva frente al resto de la sociedad, así como se pregunta, y finalmente confirma, que lo que la masa piensa que es lo bueno y lo correcto, realmente no lo es.

No lo plantea, pero lo piensa (¿?), que el individuo debe actuar en sociedad y al dejarse llevar por las apetencias y las atenciones auto personales (que es lo que el quiere y sabe que no se puede), irregulariza el ciclo del orden social. Sin embargo, al éste orden estar mal organizado, de que le sirve a él comportarse correctamente…para comer ¿quizás? De que le sirve seguir las normas… para no morir porque igual si que han sido impuestas con algo de cabeza ¿quizás?, y si lo que la sociedad piensa que es bueno, realmente no es bueno…porque lo que él piensa iba a ser realmente lo bueno, el también forma parte de esa sociedad aunque no lo quiera.

Él solo sabe lo que es bueno para él, porque le hace feliz en el momento pero, ¿y para el futuro? ¿Cómo cambiar la sociedad para que no tengas que hacer esfuerzo y todo este regulado y en orden haciendo las cosas que te hacen feliz y de este modo no dañen a nadie y sean constructivas para el mundo? ¿Utopía?

Desiste en sus reflexiones, avanzándose al hecho de que si comienza a investigar sobre que es verdaderamente lo moral y bueno para cada uno, acabaría divagando entre pensamientos durante horas.

Así que se dedica a hacer las pocas cosas que le hacen feliz y que tampoco molestan a nadie.

En conclusión que Carl Barat es un puto vago que lo único que hace es dormir mucho para evadirse de sus problemas existencialistas y pasados de moda para poder seguir disfrutando de esas cosas que le hacen feliz.

Buf como me aburro no?
Ahora reivindícame todo mi ejercicio, ya veras como no me he enterado de nada.

Dadá said...

Me perdonarás, querida CH, porque escriba en tercera persona (cosa que no soporto), pero me volvía loco de no hacerlo así. El texto no da para demasiada reflexión, pero ya he visto que, en tu alarde de fina ironía, tenías ganas de ir a por mí. He aquí mi respuesta a tus alegatos.

Con la expresión de dormir en exceso pretende darse al lector una reflexión imposible; no se sabe cuál es, pero todo lector no puede pasarla desapercibida. En realidad, no muestra sino la infelicidad del autor por una serie de circunstancias que se darán a conocer, en el texto, posteriormente. Tradicionalmente, y con especial influencia en la época barroca, el sueño ha pasado como un trámite o trance hacia un fin concreto (esto es, un tiempo que se desea pase desapercibido).
El autor hace referencia a lo que le gustaría, esto es, la realización única de unas determinadas actividades que le hacen feliz, precisamente porque entiende que las restantes le sobran (porque le proporcionan insatisfacción o simplemente no le aportan nada), trabando su felicidad.
No trata, en ningún caso, de encontrar una respuesta al dilema moral acerca del individualismo y el egoísmo que ello conlleva frente al resto de la sociedad, sino que simplemente entiende que esas actividades concretas que a él le hacen feliz, no son las mismas que hacen feliz al resto de individuos. Cando habla de egoísmo frente al resto y de continuación de la vida corriente, no está sino pidiendo apartarse de la sociedad, sin molestar a nadie, en un afán de sueño ideal o irrealizable (ya que se trata de una ilusión imaginativa, no una intención certera) en el que pide desesperadamente poder llevar a cabo las cosas con las que disfruta en una vida tremendamente efímera que se gasta, mirando atrás, y observando que lo que ves no es lo tú siempre habías querido.
En éste caso, entra un nuevo dilema apartado del anterior, con la cuestión sobre si eso que ha visto al mirar atrás es algo pleno, que le llena, o es lo que la sociedad o la moral vigente (sobre la cual no quiere entrar a discutir) afirman como pleno. Ejemplificando podemos observar a una persona cuya felicidad máxima fuera ser artista y que, sin embargo, ha pasado la vida en una incesante jornada laboral de la que debe sentirse orgulloso. En la sociedad vigente será un hombre digno de mención (pasajera, sin duda) y debería sentirse orgulloso de ello, pero en la realidad el personaje en cuestión no siente sino un gran vacío tras pasar su vida haciendo aquello que sabía que debería hacerle orgulloso, mirando atrás, desde la proximidad de la muerte.

El autor pretende exaltar las virtudes de la vida y la aparición de la felicidad terrenal mediante la autodecisión acerca de cómo llegar a la citada felicidad, en ausencia de coacciones morales y sociales.

El autor no muestra en ningún caso que el individuo deba vivir en sociedad (ya que lo da por hecho), ni afirma que no se puedan llevar las actividades placenteras, ya que tan sólo habla, como hemos dicho, de un caso ideal y eminentemente fabuloso, por lo que no busca ninguna desarticulación del orden social establecido, pese a que la lectora, desde una visión puramente político-liberal, así lo quiera ver.

Al referirse la lectora a “éste orden estar mal organizado, de que le sirve a él comportarse correctamente…para comer ¿quizás?” entiende que el autor busca el libertinaje y la pereza, sin embargo no es tal cosa, sino simplemente el desempeño de las cosas que prefiere en cada momento y lugar que, en muchos casos, pueden suponer infinita labor. En éste sentido, conocemos que lo impuesto es detestable (que te obliguen a leer un libro) frente a lo libre, que es placentero (que tú leas ese libro por decisión propia). Nadie se muere de hambre, pues, ya que el sujeto no pretende ser un parásito social, ni objeto de pereza, sino un ser más en sociedad que goza de una felicidad propia del hacer voluntariamente.

El resto del párrafo que la lectora matiza no pasará a ser analizado, por entenderse banal, vago e inargumentado, y el autor no entiende que la lectora defienda “la decisión de la mayoría como necesariamente correcta”, tras haber penalizado, en diversas ocasiones, el borreguismo de la sociedad.

En cuanto al siguiente párrafo, ya hemos dicho que el individuo piensa en su futuro, trabaja (lo cual le ennoblece) y disfruta de una vida plena. No pretende cambiar la sociedad, ni la moral, ni las costumbres, y aspira –precisamente desde el principio del texto cuando afirmaba que no podía ser egoísta- a que cada uno guíe su propia vida y se encargue de su felicidad al modo que más le convenga y decida.

En éste sueño de impresiones, el autor conoce, en definitiva, que no podrá alcanzar ésta sensación plena más que en períodos temporales concretos, pero es que en el texto, jamás demostró intentar llegar a más. Es por ello, precisamente, que decide continuar durmiendo en exceso y seguir soñando.

carola said...

Solo diré...que lo he entendido todo!vale?

carola said...

como que el video no se ve??
el video mola mazo y la cancion tb
deja de sacar pegas a todo lo que hago!
jajaja puto existencialista

carola said...

y no te metas cn mis sencillamente vale??